miércoles, 20 de octubre de 2010

Clase Reforzamiento 22 de Octubre

El contexto social de la época: La situación de los mineros y su familia:oportunidades de estudiar para los hijos, condiciones laborales, el sistema de pago, etc.
“SUB-TERRA” Autor: Baldomero Lillo Chileno

Esta historia esta enmarcada en el Chile de finales del siglo XIX y comienzos del XX, específicamente en la ciudad sureña de Lota. Es aquí donde se narra la historia de mineros y sus familias, y los problemas que estos mantienen a raíz de la vida que deben vivir.
Es aquí donde se tocan temas muy importantes como es el papel que juega la mujer, el trato que se les da a los obreros y las diferencias sociales que existen en aquella época.
Partiremos entonces desarrollando estos temas:
a) La mujer:
El tipo de mujer que se presenta en esta historia, es la típica mujer de principios de siglo en la sociedad chilena, se muestra como una persona netamente ligada a la familia, y el hogar, dentro del cual se tenia que encargar de educar a los hijos y hacer los deberes de la casa, limpiando, lavando y cocinando.
Esta mujer, que se caracteriza por ser muy sumisa, tiene que atender a su marido, como él se merece, cuando vuelve de las faenas de la mina, y respetar todas sus ordenes, tema que se deja muy en claro en la escena en el que Eduardo manda a su hijo a dejar la escuela, para que trabajara en la mina junto a él. Su madre aunque no estaba de acuerdo para nada con el hombre, tuvo que aceptarlo, sin derecho a reclamo.
El contraste de influencia que las mujeres presentan en la historia, es consecuencia de la situación socioeconómica en que ambos tipos de mujeres se encuentran, las de mayor dinero, tienen una mayor participación que las que son más humildes.
Por lo tanto, el rol de la mujer a principios de siglo, es de una mujer que solía quedarse dentro del hogar esperando que su marido e hijos, volvieran sanos y salvos, además de la importancia de las mujeres como objetos sexuales, ejemplo claro entre Mr. Davis y su prostituta.
b) Mineros
El problema social que viven estas personas que trabajaban en las minas de Lota a principios de siglo, largas horas de trabajo, pocas remuneraciones y sacrificando hasta la vida, hacen que estas personas comienzan a darse cuenta del abuso que los patrones, tratar de hacer algo para cambiar esta situación
La jornada laboral de los mineros, era muy difícil, trabajaban mas de 12 horas diarias, trabajando hasta catorce y dieciséis horas, sin recibir mayores pagos.
Las degradantes condiciones en las cuales trabajaban. Múltiples heridos y de vez en cuando, muertos, eran víctimas de la larga jornada laboral y de las mínimas medidas de seguridad. Lo principal era usar casco y linternas. Para ver si había alguna fuga de gas, se usaban pajaritos en jaulas. Si el pajarito moría o estaba moribundo, es que había alguna fuga, por lo que debían abandonar el pique, y salir. Sin embargo, muchas veces no podían salir y sufrían graves accidentes, llegando incluso a morir. Tomando en cuenta este tipo de medidas, la cantidad de muertos, enfermos y heridos, semana tras semana, era muy grande
Considerando jornada, seguridad e higiene, es cuestionable el porqué trabajaban en las minas generaciones tras generaciones, si ser minero no tenía un buen ingreso económico y era arriesgado. Esta situación se explica como producto de una tradición generacional y una tendencia a la conformidad. Desde pequeños los niños sabían que serían mineros y aunque los niños iban a la escuela, muchos terminaban siendo igual a su padre, trabajando en la mina (como por ejemplo, Pablito, cuando su padre Eduardo, lo saca de la escuela y lo lleva a trabajar con él
La falta de medios económicos les impedía cuestionar su futuro y adoptar la idea de surgir. Ir a trabajar al Chiflón del Diablo era lo que los jóvenes acostumbraban a hacer, sin terminar su educación.
La Mina El Chiflón del Diablo es la única mina del mundo que está bajo el mar.
Exceso de trabajo, peligro y pobreza, es con lo que tienen que lidiar estas personas para poder comprar algo en las pulperías del pueblo, y poder así llevar algo a casa.
c) Clases Sociales
A principios de siglo el país comenzaba a industrializar poco a poco. Como consecuencia de esto proceso nuevo, deja una serie de efectos algunos muy muy positivos y de gran valor para el país, como la incorporación de la electricidad, otros en cambio, son negativos, es acá cuando las clases trabajadoras son las mas perjudicadas, ya que la codicia y el afán por producir mas hace que los dueños se olviden de las personas que trabajan para ellos.
La sociedad se encontraba monopolizada por una elite social relativamente pequeña pero homogénea y con sentido de clase. Esta elite estaba formada por la unión de dos grupos, el de la aristocracia tradicional, que venía desde la colonia y que tenía en la posesión de tierras su principal y a veces su única fuente de ingresos.
La familia Cousiño fue muy importante en Chile, una familia dedicada principalmente al desarrollo de nuestro país, durante el siglo XIX. Tuvieron una enorme influencia positiva en Chile, tal como, traer adelantos tecnológicos, y la explotación de las minas de Lota.
Sin embargo, aparte de los Chilenos, trabajaron en Lota una pequeña, pero distinguida cantidad de extranjeros, de preferencia ingenieros ingleses, como Mr Davis.
Las diferencias que se ven en la película son muy grandes y dejan en claro, el contraste totalmente opuesto entre el dueño de la mina y quienes las trabajan, los primeros con todas las comodidades que se pueden tener, invirtiendo en nuevas tecnologías de producción y desarrollo para sus minas y el país, disfrutando d sus grandes propiedades, con jardines enormes y una servidumbre amplia.
Por el contrario, los mineros, tienen que vivir en condiciones mucho mas precarias, conformándose con viviendas pequeñas, muy juntas, con turnos de trabajo muy extensos y sometidos a los constantes abuso de sus patrones como las bajas de sueldo, el aumento de las horas de trabajos y la exposición a lugares de trabajo muy peligrosos.
Crítica
Este libro nos narra la historia de un grupo de mineros de lota que intentan conseguir mejorías en su trabajo, centrada en una critica social de finales de siglo.

LOS INVALIDOS


Diamante, un caballo pequeño, con heridas, ventrudo, de largo cuello y huesudas ancas cumplió su ultimo día de trabajo en la mina arrastrando vagones con carbón en las galerías. Debido a una cojera ya no podía seguir su labor y fue alzado por medio de un cable a la superficie para que pasara sus últimos días en los terrenos aledaños a la mina.

Al verlo salir de la mina, el más viejo de los mineros, a quien le gustaba leer y siempre llevaba un libro entre sus ropas, hizo un pequeño discurso en honor al caballo. Señalo que también algún día los mineros viejos como el serian expulsados de la mina por ser inútiles. Los demás mineros lo escucharon en silencio. Cuando se acerco el capataz se dispersaron y el viejo callo.

Diamante fue conducido a la llanura donde descansaría pero le costo adaptarse a la luz del día, luego de pasar su vida en la mina. Pero fue atacado por un enjambre de tábanos (insectos) y al tratar de huir tropezó y cayó en una grieta y quedo ahí tendido. Mientras, los buitres comenzaron a volar en círculos en el cielo.


LA COMPUERTA No 12

Un viejo lleva a su hijo a trabajar a la mina y luego de descender se lo presenta al capataz. Como solo tenia 8 años y era delgado, el capataz le dijo al minero que Porque mejor no dejaba que el niño siguiera en la escuela, a lo que el minero le contsto que en su casa eran 6 y solo el trabajaba y necesitaban otro ingreso.

Otro minero llevo a Pablo (el niño) a la compuerta No 12 en donde reemplazaría a otro niño que había sido aplastado allí el DIA anterior. Antes de retirarse el padre de Pablo fue amenazado por el capataz de que lo iba a echar Si no cumplía con la meta diaria de 5 cajones de mineral extraído.

El trabajo del niño consistía en abrir una compuerta cada vez que debían pasar los caballos tirando los carros con carbón. Como el niño quería irse su padre lo amarro con un cordel a un poste. El padre luego corrió mientras escuchaba los gritos y llantos de su hijo llamando a su madre.


EL GRISU

Mr. Davies, el ingeniero jefe, algo obeso, alto, fuerte, de rostro colorado debido al whisky, debía inspeccionar la mina periódicamente, cosa que no le gustaba y, por lo tanto, castigaba y multaba a los mineros a su antojo. Por eso los mineros le tenían terror.

Al llegar a la mina se subió a un vagón el cual era empujado por atrás y por delante por 2 uchachos. Luego de mucho arrastrar el carro el muchacho de adelante ya no pudo más y Mr. Davies debió continuar a pie.

Al encontrarse con el capataz Mr Davies le dio la orden de que la madre y los 3 hermanos del muchacho del vagón fueran echados de la habitación que ocupaban.

Después los mineros le plantearon a Mr Davies que les subiera un poco el salario ya que les estaba costando mucho cavar por la dureza del material y así no podían llegar a la cuota mínima que les exigía la empresa, a lo que Mr Davies contesto indignado que eran unos flojos y solo les subió minimamente el precio. Un minero entonces le rogó que les subiera otro poco el salario y le mostró una herida en su brazo que demostraba el esfuerzo que hacían, pero Mr Davies le respondió al
minero con un golpe.

Mas adelante, otros mineros trataban de cambiar unos maderos golpeándolos pero otro minero les dijo que tuvieran cuidado ya que con una sola chispa podía volar el túnel debido al gas grisú.

Uno de los mineros que trataba de cambiar los maderos era conocido
como Viento Negro, tenia 18-19 años, pendenciero y fanfarrón y abusaba de su fuerza con sus compañeros por lo que no era apreciado por estos.

Al llegar Mr Davies a ese lugar con el capataz le aplico una multa injusta a Viento Negro, el cual se enojo y entonces el capataz lo golpeo por lo cual el minero se trenzo a golpes con el capataz. Mr
Davies entonces golpeo a Viento Negro y lo obligo a trabajar.

Pero al pegarle a la roca Viento Negro con su martillo estallo el gas grisú.

Al oír la explosión, los mineros quisieron ir a ayudar a las victimas pero un capataz les dijo que primero debía ventilarse la mina. Sin embargo, Tomas, un minero alto y robusto dijo que bajaría de todos modos y lo hizo acompañado de otros hombres.

Encontraron al capataz, a Mr Davies y a 4 mineros muertos. Mr Davies había sido atravesado por un fierro y lo sacaron a duras penas de la mina, es decir que, después de muerto, todavía seguía martirizando a los mineros.


EL PAGO

Pedro Maria trabajaba en la mina y el último día, antes de terminar su turno, le puso todo el empeño posible para sacar más carretillas de carbón de modo de aumentar su salario.

Al llegar a su casa en la noche su mujer le dijo que no habría cena esa noche a lo que Pedro le respondió que no importaba porque al día siguiente seria día de pago. ( Los mineros y su familia estaban obligados a comprar víveres en la tienda de provisiones de la Compañía).

Al otro día Pedro acudió a la mina por su pago. Vio que un minero recibía como salario solo una moneda la que arrojo con rabia y unos niños se apresuraron a recogerla.

Pero Pedro no fue llamado al igual que otros mineros a la ventanilla de pagos. A medida que iban acercándose el centenar de mineros a efectuar sus reclamos, el encargado les decía que, a causa de las multas, eran ellos los que le debían dinero a la Compañía y si alguna mujer de minero reclamaba la echaban a la fuerza.

Cuando le toco el turno a Pedro resulto que le quedo debiendo dinero también a la Compañía. Su mujer pregunto: ¿Qué vamos a hacer? Y se devolvió a su habitación con sus 2 hijos. Pedro se quedo en el mismo lugar y soñó despierto que ya no le costaba extraer el carbón de la mina y este ya no era negro sino rojo como la sangre de generaciones de mineros y una vez trabajado se convertía en oro que al contacto con la tierra hacia aparecer palacios y parejas bailando. De pronto la música ceso en su sueño y toda la riqueza se transformo en sangre. Luego una multitud de esqueletos destrozaba los palacios y con los pedazos de murallas y columnas cubría sus huesos y estos se revestían de carne.

Un momento después Pedro despertó de su sueño. Se encontraba solo en la calle.


EL CHIFLON DEL DIABLO

El capataz detuvo a 2 mineros: el Cabeza de Cobre (20 años, pelo rojo, bajo, fuerte y robusto) y otro (alto, flaco, huesudo, aspecto endeble y achacoso) y les dijo que se habían quedado sin trabajo. Los mineros sabían que era una táctica para obligarlos a trabajar en el Chiflón del Diablo y que aceptaran a pesar que sabían que era peligroso. Pero preferían morir rápidamente en un derrumbe que lentamente de hambre.


El Chiflón del Diablo era una galería peligrosa por lo blando del terreno que ocasionaba frecuentes derrumbes.

Para ahorrar dinero la Compañía había ordenado que no se usara tanta madera en sostener el techo de esa galería lo que la hacia mas peligrosa aun.

Cabeza de Cobre no le contó a su madre llamada Maria de los Angeles, que lo habían cambiado al Chiflón del Diablo ya que allí había muerto su marido y 2 hijos.

Durante el DIA sonó la alarma de la mina. Un derrumbe en el Chiflón del Diablo había cobrado 3 muertos. Pero la madre de Cabeza de Cobre no se preocupo segura de que su hijo trabajaba en otra parte de la mina. Sin embargo, al subir el carro con los cadáveres se dio cuenta que uno de ellos era su hijo. Enloquecida se arrojo al pozo de la mina y murió.


EL POZO

Rosa (16 años, ojos verdes, largas pestañas, bonita) se ocupaba en regar su huerto. De pronto apareció un individuo joven, de rostro pálido y pelo largo y lacio que le exigía que fuera su mujer a lo que Rosa le respondió: ¡ Primero muerta ¡

Entonces el hombre la arrojo al suelo y comenzaron a luchar pero apareció otro hombre y la pelea era ahora entre esos 2 individuos.

El hombre que peleaba por defender el honor de Rosa era joven, más alto que su oponente, espaldas anchas, buenmozo, ojos claros, rizado cabello y rubios bigotes. De repente Rosa le lanzo a su atacante un puñado de arena a los ojos y este fue el momento que aprovecho su defensor para derrotarlo.

Rosa se dirigió entonces a su casa y le dijo a su madre que el huerto estaba destrozado y su mama la reprendió porque pensó que seguramente a su hija se le había quedado abierta la puerta del huerto y se había colado el chancho del vecino. Se dirigieron al huerto y Rosa vio que
su defensor le tiraba un beso oculto en un matorral. Este hombre era un minero que se llamaba Valentín, en tanto quien había perdido la pelea era otro minero llamado Remigio. Ambos rivalizaban por el amor de la muchacha y se tenían un odio mutuo.

Valentín llevaba ventaja pues Rosa había dejado a Remigio por el rubio minero.

Rosa era hija única y vivía con su madre y su padre que trabajaba en la mina.

Un día, para evitar que Rosa acarrease con esfuerzo el agua para regar el huerto, a su padre se le ocurrió hacer un pozo en el huerto. Los 2 rivales se ofrecieron a ayudar al padre de Rosa.

Remigio estaba en el fondo del pozo y Valentín recibía la arena que iba echando en un balde su oponente desde la parte superior del pozo jalándolo con una cuerda. En un momento Valentín se ausento con el pretexto de que quería agua pero solo fue a conseguir un beso de Rosa,
la que accedió.

Valentín se fue después a su casa pero Remigio se oculto en el pozo. Al descubrirlo Rosa, como broma subió el cordel con el balde. Luego llego Valentín y Remigio desde el fondo del pozo escucho a Valentín y Rosa besándose.

Al rato apareció Valentín y le arrojo la cuerda de nuevo. Remigio salio del pozo con ansia de venganza.

Un momento después vio que Rosa y Valentín se reían de el.


Cuando volvieron a trabajar en el pozo le toco a Valentín estar abajo y ahora Remigio retiro la cuerda. Remigio pensó que debía provocar un derrumbe para acabar con su rival y se le ocurrió ir a buscar a un grupo de hombres que se divertían allí cerca, los que al acercarse rápidamente al pozo harían que este se derrumbase con la vibración del terreno arenoso. Para lograr esto grito delante de los hombres: ¡ Se derrumba el pozo ¡

Los hombres llegaron donde Valentín y le arrojaron una cuerda pero no podían sacarlo porque estaba enterrado hasta el pecho. Llego la madre de Valentín que se arrojo al pozo para salvar a su hijo pero un nuevo derrumbe lo sepulto y murió.


JUAN FARIÑA

Un hombre subía por el camino en dirección a la mina. Era de elevada estatura y por su traje, cubierto por el polvo rojo de la carretera, parecía más bien un campesino que un obrero. Un saco atado con una correa pendía de sus espaldas y su mano derecha empuñaba un grueso
bastón, con el que tanteaba el terreno delante de sí. Pidió lo llevaran a presencia del capataz.
-Me llamo Juan Fariña, y quiero trabajar en la mina de barretero -le dijo tranquilamente el ciego.
-Quedas aceptado -dijo el capataz, después de un instante de vacilación-, un ciego que no pide limosna y desea trabajar merece ser bien acogido; puedes empezar cuando gustes.
Desde aquel día quedó Fariña incorporado al personal de la mina, conquistándose muy luego la reputación de obrero inteligente y valeroso. La deferencia con que era tratado por los jefes y su
carácter huraño y retraído le enajenaron las simpatías de sus camaradas, quienes no podían comprender que aquel ciego prefiriese los trabajos y miserias del minero a la vida libre y sin afanes del mendigo. Aquello no era natural y debía encerrar algún misterio.

Durante aquellas quince horas de ruda faena arrancaba del filón un número de vagonetas superior al mínimum reglamentario. Aquello desconcertaba a los más esforzados barreteros, pues en aquel sitio el mineral era duro y consistente y el mejor de ellos jamás había alcanzado un éxito semejante.
Este hecho robusteció en la crédula imaginación de aquellas sencillas gentes la creencia de que Fariña era un ser extraordinario. Contábase de él que sólo iba a la mina a dormir y que un socio cuyo nombre no se atrevían a pronunciar, desprendía de la vena el carbón necesario para completar la tarea del día. Y no era un misterio para nadie que por la noche, cuando quedaba la mina desierta, se oía en la cantera maldita un redoble furioso que no cesaba hasta el alba. Aquel obrero
infatigable, del que se hablaba en voz baja y temerosa, no era sino el Diablo. Dos viejos mineros encargados de vigilar por las noches los corredores de ventilación veían amontonarse el carbón con asombrosa rapidez delante del incógnito y nocturno obrero, cuando de pronto un pedazo arrancado con fuerza del innoble bloque derribó dos trozos de madera de revestimiento apoyados en la pared, los que al caer el uno sobre el otro, formaron por una extraña casualidad una cruz en el húmedo suelo del corredor. Un terrible estallido atronó la bóveda y una ráfaga de aire azotó el rostro de los dos obreros clavados en el sitio por el espanto, desapareciendo súbitamente la infernal visión.

A la mañana siguiente ambos fueron encontrados desvanecidos en el fondo de una galería mal ventilada, y desde ese instante nadie dudó en la mina de que un tenebroso pacto ligaba al borrecido ciego con el espíritu del mal. Sus vecinos en la cantera abandonaron sus labores trasladándose a otro sitio, viéndose obligado Fariña para no abandonar la faena a ser barretero y carretillero a la vez. P or aquel exceso de trabajo su musculoso cuerpo fue perdiendo poco a poco aquel aspecto de fuerza y de vigor.Un decaimiento visible se operaba en él, y los obreros que lo observaban atribuíanlo a que el término del nefando pacto debía de estar próximo. Los mineros veían en aquel ciego un enemigo de su tranquilidad y de la existencia de la mina misma. De un hombre que tenía pacto con el Diablo no podía esperarse nada bueno. -Cuando yo muera, la mina morirá conmigo -había dicho el misterioso ciego. En la semana que precedió a la gran catástrofe, Fariña obtuvo la plaza de vigilante nocturno de aquella sección de la mina donde trabajaba, empleo cuyo desempeño le era relativamente fácil.
Ese paraje había sido siempre objeto de vigilancia especial de parte de los ingenieros. Situado debajo del mar, las filtraciones eran abundantísimas en aquella galería y la amenaza de un hundimiento era una idea que preocupaba a los jefes y operarios desde muchos años atrás. Seis de aquellos pilares estaban perforados a la altura de un metro. Con ayuda de la barrena quitó el ciego la arcilla que disimulaba los agujeros, y con la calma y seguridad del que ejecuta una operación largo tiempo meditada, introdujo en cada uno de ellos un cartucho de dinamita.

Después de un instante se inclinó de nuevo: en su mano derecha brillaba un fósforo encendido y un reguero de chispas recorrió velozmente el suelo.El siniestro personaje retrocedió entonces una
veintena de metros por el camino que había traído, quedándose inmóvil con los brazos cruzados en medio del corredor.

Los trabajadores acudían y se agrupaban consternados en torno del pique, contemplando silenciosos a los ingenieros que por medio de sondajes comprobaban el desastre.El agua de mar llenaba toda la mina y subía por el pozo hasta quedar a cincuenta metros de los bordes de la
excavación.

El nombre de Fariña estaba en todos los labios, y nadie dudó un instante de que fuera el autor de la catástrofe.


1 comentario:

Anónimo dijo...

profe de las respuestas de las pruebas :D